Fanzines y libros
Es este un libro de todos los tiempos y de ninguno, como el anarquismo. Está escrito por un anarquista escurridizo que no paró de moverse toda su vida, de cambiar para que nada lo cambie y de evitar al dedillo hacer el mal. Son poemas agrupados que dan la idea de bloque pese a todo lo que los separa. Provienen de un lugar en el que todo puede aparecer, sin tiempo, ni patrón, ni medida: con vida, con humor y con amor. Tratan de cantarle a la potencia de lo que hay más allá de la Historia. Baigorria parece entender que siempre es mejor el silencio que la habladuría, entonces la poesía es la capacidad de entrar al mundo mientras se huye de él. Atravesar el entusiasmo pensando museos imposibles que clasifiquen de una vez y para siempre el patetismo con que los narcisistas se atribuyen el poder. El Estado fomenta la ilusión de que la vida puede organizarse desde un repollo. Baigorria piensa al revés y ejerce otra forma de vida: el grupo de afinidad en estado dinámico. Son poemas leídos en voz alta a lo largo de cuarenta años. En cada uno de los días donde eso sucedió había mucha gente desconocida, estaba incluso el Estado, que es ante todo un fantasma. Pero había, siempre, al menos una persona con quien irse a caminar a la salida y parar en una esquina a brindar por algo, a brindarse. En cambio, ningún Estado puede ilusionarse con que alguien lo ame. Todo lo contrario del poder está cantado acá: la vida buena, la comprensión y el delirio libre de protocolos. Pero es difícil que eso suceda. Démonos manija y paz con estos poemas, tal vez aquello pueda suceder leyendo este libro. La vida libre tintineando en el pasamanos de la poesía que se pierde en el infinito.
Juan Laxagueborde
Es este un libro de todos los tiempos y de ninguno, como el anarquismo. Está escrito por un anarquista escurridizo que no paró de moverse toda su vida, de cambiar para que nada lo cambie y de evitar al dedillo hacer el mal. Son poemas agrupados que dan la idea de bloque pese a todo lo que los separa. Provienen de un lugar en el que todo puede aparecer, sin tiempo, ni patrón, ni medida: con vida, con humor y con amor. Tratan de cantarle a la potencia de lo que hay más allá de la Historia. Baigorria parece entender que siempre es mejor el silencio que la habladuría, entonces la poesía es la capacidad de entrar al mundo mientras se huye de él. Atravesar el entusiasmo pensando museos imposibles que clasifiquen de una vez y para siempre el patetismo con que los narcisistas se atribuyen el poder. El Estado fomenta la ilusión de que la vida puede organizarse desde un repollo. Baigorria piensa al revés y ejerce otra forma de vida: el grupo de afinidad en estado dinámico. Son poemas leídos en voz alta a lo largo de cuarenta años. En cada uno de los días donde eso sucedió había mucha gente desconocida, estaba incluso el Estado, que es ante todo un fantasma. Pero había, siempre, al menos una persona con quien irse a caminar a la salida y parar en una esquina a brindar por algo, a brindarse. En cambio, ningún Estado puede ilusionarse con que alguien lo ame. Todo lo contrario del poder está cantado acá: la vida buena, la comprensión y el delirio libre de protocolos. Pero es difícil que eso suceda. Démonos manija y paz con estos poemas, tal vez aquello pueda suceder leyendo este libro. La vida libre tintineando en el pasamanos de la poesía que se pierde en el infinito.
Juan Laxagueborde